La web
2.0 y la enseñanza de lenguas
Bajtin (1999) afirma
que:
La voluntad discursiva
del hablante se realiza ante todo en la elección de un género discursivo
determinado […], es decir, todos nuestros enunciados posen unas formas típicas para
la estructuración de la totalidad, relativamente
estables. […]Incluso dentro de la plática más libre y desenvuelta, moldeamos
nuestro discurso de acuerdo con determinadas formas genéricas, a veces con
características de cliché, a veces más ágiles, plásticas y creativas (pp.263).
¿Es la web 2.0 un nuevo género discursivo creativo, plástico
y ágil? ¿Estamos ajustándonos a la creación de un modelo novedoso de comunicación?
No creo que haya duda alguna en ello. El Internet difuminó cualquier posible
barrera de espacio y tiempo, y para mí
la web 2.0 diluye la conceptualización del sujeto como agente pasivo.
Al plantearnos nuevos cánones comunicativos, nuevos medios y
canales discursivos, necesariamente debemos reformular nuestra idea del sujeto.
La web 2.0 dio paso a la evolución de un usuario receptor-pasivo a un usuario
participativo que formula, opina, piensa crea y se compromete con el nuevo
género discursivo. El sistema ya no es su contenedor porque él participa de su
construcción y conformación. Por medio de los Gestores de contenido el individuo
maneja y accede a todas las herramientas necesarias para constituir la
plataforma virtual: produce, clasifica, opina y construye un espacio propio y
social.
Si ahora el usuario se involucra en la
plataforma a través de un esquema comunicativo diferente (la web 2.0), tiene
bastante sentido ajustar ese esquema a la adquisición de una lengua, después de
todo el hablante (de la lengua que sea) busca la estructuración de la totalidad
con formas típicas o familiares a él.
Entonces, el aprendiz se
convierte en un agente social
que interactúa con otros dentro de un canal virtual que construye él mismo para
la gerencia de su propio proceso de aprendizaje. La Web 2.0 le permite al
alumno crear su propio espacio, compartirlo
y juzgarlo, es decir, ser consciente de su aprendizaje para mejorarlo o no
con las herramientas que podría gerenciar en la web.

En el caso de ser un aprendiz sin inmersión en la lengua, por
ejemplo ¿qué le impediría practicar el idioma por medio de Skype o Voxopop?
Cuando eliminamos las barreras del espacio físico, un estudiante chino puede
comunicarse con otro estudiante australiano o brasileño en tiempo real hablando
español. La determinación de un tecnoindividuo aporta a la enseñanza
de lenguas la oportunidad de maximizar la adquisición en el ambiente más
cercano al de la lengua objeto, entre otras muchas cosas. El número de
institutos de lenguas virtuales crece cada día y ya es normal tener clases con
un profesor nativo a distancia. En conclusión, nos encontramos frente la
inevitable voluntad discursiva del tecnoaprendiz.